Los raviolis de ricotta (requesón) y
espinacas son buenisimos hecho a mano. Es un trabajo laborioso, lo
admito, pero no son comparables a los que encontráis empaquetados en
cualquier supermercado español. La masa es la misma con la que hacemos
los tallarines, las láminas para las lasañas o los canelones, la misma mezcla de harina, huevos y aceite. Solo con estos tres ingredientes
podemos crear cualquier tipo de pasta fresca. Necesitamos luego un
rodillo, para extender la masa y convertirla en una hoja sutil y dorada
que cortaremos en cuadrados, en el centro de los cuales colocaremos el
relleno de espinacas y ricotta
luego doblaremos la lámina cuadrada en
dos, presionaremos a lo largo de los bordes hasta que queden bien
cerrados, y voilà estos pequeños tesoros, todos diferentes con su particular personalidad!!
En
nuestro taller de raviolis, haremos todo el proceso: amasar, extender,
cortar, rellenar, cerrar, cocer y, por fin, comer. Los raviolis quedan
bien con cualquier tipo de salsa, pero la suya es la salsa 'boscaiola'
(setas, salchichas y nata) o un simple pero excelente condimento de mantequilla y salvia.
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